La importancia de la concienciación en ciberseguridad: educar a los usuarios en la era digital

No obstante, y como todo en la vida, el uso de internet ha venido, en muchas ocasiones, ligado a prácticas abusivas, robos y un sinfín de delitos informáticos en línea que todos deberíamos conocer y saber cómo evitar. En este sentido, a pesar de que no se ha trabajado lo suficiente el hecho de que las personas sean bien conscientes de estos peligros, hoy en día parece que el término ciberseguridad empieza a crear conciencia entre toda la población, así como también entre las instituciones y gobiernos.

Esta concienciación por nuestra propia seguridad en internet es, hoy en día, más necesaria que nunca, sobre todo por el auge de las ventas online, un tipo de transacción que se ha convertido ya en algo de lo más cotidiano, pero que lleva asociado también el hecho, por ejemplo, de tener que introducir nuestros datos en la web.

Es por esto por lo que, en este post, queremos dar la importancia que merece a la formación en ciberseguridad, una cuestión completamente necesaria y que toda la población debería conocer. Así, proporcionaremos algunos consejos prácticos sobre cómo los usuarios mexicanos pueden protegerse de manera proactiva contra amenazas en línea, como el phishing o el malware.

Amenazas en línea más comunes actualmente

Internet se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para que todo tipo de acciones ilícitas campen a sus anchas extrayendo datos, clonando tarjetas o usurpando nuestra identidad. Así, si hace unas décadas los virus y troyanos eran los problemas que más preocupaban a la población que hacía uso de internet, hoy en día podemos toparnos con otras técnicas más relacionadas, sobre todo, con la obtención de datos.

El phishing, los malware y las notificaciones falsas son solo algunos de los ejemplos más comunes de estafas y amenazas en línea más comunes en la actualidad, sobre las que deberíamos estar bien prevenidos.

Phishing

El phishing es uno de los métodos más utilizados para engañar a los usuarios de internet y acceder a sus datos confidenciales, como pueden ser contraseñas, números de tarjetas de crédito, correos electrónicos o cualquier otra información sensible. Por lo general, el phishing se lleva a cabo a través de correos electrónicos o llamadas telefónicas en las que una persona o grupo de personas se hacen pasar por una institución oficial o una empresa de renombre. De esta manera, suplantando la identidad de estos organismos en los que todos confiamos, logran que los propios usuarios sean los que cedan sus datos personales.

Malware

El malware, también conocido como software malicioso, es cualquier tipo de programa, sistema o código que provoca un daño intencionadamente en un equipo, así sea un dispositivo móvil, un ordenador de sobremesa o un portátil. Así, a través del malware se condiciona el buen funcionamiento de los equipos, además de que también pueden estar programados para robar, alterar o borrar datos, secuestrar funciones básicas del dispositivo o espiar la actividad que realizamos en un ordenador.

Spam

Finalmente, el último tipo de amenaza en línea más común a día de hoy es el conocido como spam, es decir, correos electrónicos que no hemos solicitado recibir, que se envían de forma masiva y que, además, pueden incluir timos y estafas en su interior. Las más utilizadas últimamente son aquellos mails en los que se informa al usuario que no se ha podido entregar un paquete en su dirección, aunque también existen muchísimas otras campañas, por ejemplo, de premios en Bitcoin o transferencias bancarias millonarias.

Consejos útiles para evitar caer en estafas digitales

Para empezar a crear conciencia sobre la enorme importancia que tienen ahora mismo los conocimientos en ciberseguridad, hemos querido incluir una serie de consejos útiles y sencillos que cualquiera puede aplicar para prevenir ser estafado con alguna de estas amenazas en línea.

• Tener varias cuentas de correo electrónico. En este sentido, tener una cuenta de correo electrónico personal, otra de trabajo y otra de ocio o para cuestiones más triviales puede ser la clave para no dar acceso directamente a nuestro mail más importante.
• Contar con contraseñas diferentes para cada plataforma. Acordarse de distintas contraseñas no es algo fácil, sin embargo, la propuesta sería utilizar siempre la misma contraseña con variaciones que nos resulten fáciles de recordar. Por ejemplo, podemos usar siempre una misma palabra colocando al final de esta una letra diferente, como puede ser la inicial de la web donde nos estemos registrando.
• En caso de tener que introducir datos personales en una web (usuario, contraseña, número de identificación…) teclear la URL de manera manual, evitando seguir enlaces insertados en correos electrónicos o SMS.

Fuente: Revista Seguridad 360